martes, 19 de mayo de 2009

Consenso

«No será con todos ni será siempre, pero a veces ocurre lo que estamos viendo estos días: que, porque ha muerto un poeta, aparecen en todo el mundo lectores de poesía que se declaran devotos de Mario Benedetti, que necesitan un poema que exprese su desconsuelo y tal vez también para recordar un pasado en que la poesía tuvo un lugar permanente, cuando hoy es la economía la que nos impide dormir.» Son palabras de José Saramago, ayer, en su blog. Cierto. Con Benedetti, me parece, pasa lo que sólo con esos grandes poetas de lo cotidiano. Pasa con Benedetti lo que con Neruda o con Sabines. Esos que no en vano se ganaron no sólo el reconocimiento de los letrados sino la pasión de los analfabetos.

Sigue diciendo Saramago: «Y esto, en pocas líneas, es lo que está sucediendo: murió Mario Benedetti en Montevideo y el planeta se hizo pequeño para albergar la emoción de las personas. De súbito los libros se abrieron y comenzaron a expandirse en versos, versos de despedida, versos de militancia, versos de amor, las constantes de la vida de Benedetti, junto a su patria, sus amigos, el fútbol y algunos boliches de trago largo y noches todavía más largas.»

En la blogósfera sucedió lo que pocas veces: cibernautas de todas los perfiles demográficos y todas las adscripciones ideológicas coincidieron por un día. Cada uno buscó su personal manera de despedirse. Su forma de evocar al poeta. De los blogs en mi lista, Amaya fue de las primeras en dar la mala nueva, citando el inmortal "Táctica y Estrategia". El "Chau Mario" de Jacka se valió de un texto extraordinario y nunca más oportuno: "Pequeñas Muertes". Desde Argentina, desde ese sur que también existe, Jake se despidió haciendo una relación del amplio legado que nos dejó el uruguayo, mientras J. P. Hajime se declaraba jodido y radiante citando el otro clásico: "Viceversa". Ángeles Mastreta construyó en su blog un maravilloso pastiche para narrar sus encuentros con el poeta, Luna trajo a la mesa aquello de "preciso tiempo..." (que muy bien me viene en estos días de tantos pendientes) y Mariana —alumna mía hace casi una década y lo más nuevo en mi blog roll— evocó el "Chau número tres" para agradecer a Mario por el amor y el desamor, por Santomé, por las letras que son más que letras.

De Benedetti, dice Ángeles Mastretta ayer en su blog: «Tuvo una vida llena de cansancios. Y con ellos andaba por el mundo, escribiendo canciones. Perseguido, lastimado, sonriente.» Y afirma Saramago que al morir, Mario «hizo de nosotros herederos del bagaje de una vida fuera de lo común.»

3 comentarios:

Jacka [Killer Queen] dijo...

Mis papás me sorprendieron con el periódico en las manos y los ojos llenos de lágrimas. Tardé en poder decirles que le lloraba a la muerte por haberse llevado a ese poeta mágico que tanto me hizo crecer con sus letras.

Leer los adioses de tantas personas en la blogósfera, en Twitter, en Facebook, fue algo muy especial. Todo un grupo de nietos e hijos llorando la pérdida de un hermoso fueguito.

Kerala dijo...

Ernesto, es tarde en la noche y quizás por esos raros embrujos de la oscuridad he venido a dar a este blog iluminado, no será la última vez...

ErnestoPC dijo...

@Jacka... aquí seguimos, emocionados. Hace un par de días leía a Benedetti con mis alumn@s; unas chicas llevaron a clase "Pasatiempo". Me pareció otro digno homenaje para sumar a la lista. Un abrazo

@Kerala... gracias por la visita y sobre todo por dejar una huella de tu paso. Ya ando echando un vistazo a tus blogs. Por aquí y por ahí nos estaremos viendo. Saludos!