lunes, 11 de enero de 2010

Recuentos 2009: Cancelación de último minuto

Así es. Decidí cancelar este año la ronda de recuentos musicales, literarios y cinematográficos. ¿La causa? Simplemente no consigo poner en orden mi cabeza. Un recuento exige hacer uso de la memoria. Y ésta me ha estado haciendo muy malas pasadas últimamente. Revisar el pasado exige también hacer valoraciones que en apariencia resultan inocentes. Pero sólo en apariencia. En el fondo, detrás de cada reflexión en busca de sentido —"cuando leí tal cosa recordé...", "al escuchar tal melodía me viene a la mente...", "ver tal escena despertó en mí..."— hay una potencial confrontación conmigo mismo que actualmente no creo estar en condiciones de superar.

Hace poco prometí que arrancaría los recuentos en cuanto acabara la novela que traía entre manos, misión que cumplí hace un rato. Y quizá sea justamente el haber concluido esa lectura lo que detona mi resistencia a elaborar mis reseñas. Hace meses, cuando supe de la existencia de Netherland, de Joseph O'Neill, me propuse a toda costa conseguirla; unos días después logré tal objetivo en la enésima librería a la que entré en el aeropuerto de Amsterdam Schiphol. Y la guardé. Hasta hace unas semanas en que decidí que sería ésta mi lectura del receso decembrino. Me atrapó de inmediato. Pero mi poca práctica leyendo inglés, aunada a mi creciente falta de concentración, hicieron que el avance fuera lento.

Por las razones que ya he citado, no haré aquí —al menos ahora— la reseña. Diré, sí, que estoy aún atrapado en la brillante narración del escritor irlandés. Igual y exagero. Igual y mi fascinación es producto de mi distanciamiento ante la lectura durante 2009. Pero da igual. Y sólo para justificarme a mí mismo, diré que si bien me enganché al relato desde el primer párrafo, fue ya avanzada la historia que se dio ese brutal colapso lector—protagonista que se da no muchas veces en la historia de uno, cuando Hans (el narrador) afirma: “Nobody understands better than I that this was a strange and irresponsible direction in which to take one’s life. But it is what happened.” Tal cual.

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