jueves, 12 de abril de 2012

Lecturas incómodas a propósito de los niños incómodos

"¿Ya viste el video que hicieron los niños?", escucha uno con recurrencia incómoda estos días. O, "¿Ya viste el video de los niños que cuestionan a los candidatos?"

¿Son los niños los que hablan en ese video? ¿Fue ese video realizado por niños? ¿Son ellos quienes deciden dirigir ese mensaje a los presidenciables? Si no es nuestra frecuente tendencia a reaccionar a la primera, solo ignorancia o ingenuidad me sirven para entender que se hable en esos términos acerca del famoso video de los "niños incómodos". Vamos despacio.

Sí: el video es actuado, protagonizado, por niños, pero esos chamacos no amanecieron un día con la necesidad de interpelar a los aspirantes a ocupar la silla del ejecutivo y agarraron una cámara y se pusieron a realizar un video para provocar una reacción viral en las redes. Creer eso sería tan ridículo como creer que los hermanos Vázquez (no los de la tienda ni los del circo, sino los del cover de Adele) filmaron su videoclip con recursos caseros que espontáneamente les convirtieron en estrellas que unos días después distribuían su material en iTunes.

El material difundido por el "movimiento" Nuestro México del Futuro no está realizado en el garaje o el patio trasero de la casa de uno de sus protagonistas, ni fue planeado en una tarde de ocio durante estas vacaciones. Hay mucho trabajo detrás: un cuidadoso guión, un dedicado casting, una sólida producción, un profesional trabajo de realización y edición. Es un mensaje planeado por adultos y realizado por adultos, protagonizado por niños. No dudo que los pequeños que participaron estén convencidos de que al cooperar con esta iniciativa, suman a nuestro proceso democrático: se vale. Pero, insisto, no vale afirmar que son ellos los autores del mensaje.

Sobre el mensaje, aclaro: no pretendo descalificar el contenido. Comparto ampliamente la frustración que transmite el mensaje en cuestión. Coincido con la oscura visión que refleja el video. Desde mi trinchera, suscribo el llamado a los candidatos. Pero darle "me gusta" al video no me hace parte del movimiento que lo divulga ni me coloca en una posición específica dentro del espectro de los partidos políticos; por ello me resisto a respaldar una iniciativa que, por más que me pueda parecer digna, respetable, atractiva e incluso de un cierto valor, no me dice con claridad lo que pretende con mi apoyo.

Grupo Nacional Provincial se declara promotor de la iniciativa Nuestro México del Futuro, movimiento que, según el desplegado publicado esta mañana en diversos medios, está formado por "millones de mexicanos". Llama la atención que un movimiento de dimensiones semejantes no haya tenido antes mayor presencia en la arena de nuestra deliberación democrática. Navego el sitio de internet del movimiento y me invade un temor central: nuevas formas de hacer democracia de espectáculo, democracia de reality show, en la que sentimos que porque nos prestan un micrófono, participamos en una cabina de video o subimos un texto a la red, ya estamos participando en la construcción de un país diferente. Esto puede ayudar, sí, pero mucho mal nos haría creer que ahí queda todo.

Adenda. Recientemente el portal de Nuestro México del Futuro ha agregado un nuevo video en el que algunos de los niños actores comparten la visión del México que quieren. Este nuevo material no modifica en lo fundamental mis apreciaciones, acaso ayuda a confirmar lo que ya he dicho y me permite agregar con mayor contundencia mi incomodidad con que los niños sean utilizados para que los adultos nos enviemos mensajes. He trabajado con niños y adolescentes desde hace más de una década y sé de sus inquietudes y aspiraciones, pero sé también lo tentador, fácil y peligroso que resulta usar sus expresiones para convertirlas en portadoras de lo que queremos decir las personas mayores.

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