En el ámbito digital resulta que ya todo se expande... Memoria de tanto en RAM, expansible a tanto; disco duro de equis expansible a zeta; velocidad de ene expansible a no sé cuánto... Pero en la vida real el tiempo y la energía física tienen sus límites. La capacidad de mi cerebro, por más que no esté siendo usada en todo su potencial, está topando con sus límites de facto; la energía de mi cuerpo, las horas de vigilia, el entusiasmo para enfrentar las faenas diarias, encuentran sus fronteras. Es, nuevamente, momento de replantearse una que otra cosa.
Postdata. En medio de todo esto, la entrada que publicó Amaya hace un rato me vino como anillo al dedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario