viernes, 13 de marzo de 2009

Eisenstein en México

Con frecuencia, mi manía de comprar películas hace que muchas se queden intactas en las repisas por meses... incluso por años. De pronto me encuentro con uno de esos filmes que, dicen, uno no debería perderse, o con alguna película de aquellas que siempre me han intrigado. Ambos motivos me llevaron hace tiempo a comprar ¡Que Viva México!, la película inacabada de Sergéi Eisenstein. La edición restaurada que distribuye Kino Video es una auténtica joya que apenas hoy vi, para comprobar la fuerza y el poder de la mirada del cineasta ruso sobre nuestro país.

Eisenstein llegó a México en 1930. No pudo concluir la filmación de su experimento por falta de recursos. Su patrocinador, el estadounidense Sinclair, se quedó con las cerca de 24 horas de material que había filmado el equipo ruso y llegó a editar su propia versión de la cinta. Los rollos originales se quedaron en Nueva York hasta que en 1979 fueron recuperados por Grigory Alexandrov, colega de Eisenstein, quien a partir de las notas y bosquejos del director, montó la versión más cercana a la visión de su creador.

La estética del consagrado director ruso captura con genialidad los rostros de México. Más allá de algunas interpretaciones de su aproximación a las tradiciones mexicanas que resultan cuestionables —aunque comprensibles a la luz de la década de 1930—, Eisenstein logra retratar el alma de un pueblo por el que resulta evidente su admiración, tal como dejan ver algunos de los textos que acompañan a las imágenes.

La edición en DVD es una joya, pero no es fácil de conseguir. Afortunadamente es posible acercarse a esta versión "definitiva" a través de YouTube —al menos mientras no sea sacada de circulación por cuestiones de derechos de autor—. 

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