jueves, 31 de diciembre de 2009

365

Ciclos. Rituales. Se cierra un 2009 extraño, un año que a ratos parecía como vacío, como una inmensa pausa. Y, sin embargo, mucho ha sucedido. Inevitable. Una vez más, un vistazo. Y encuentro que si bien caminé mucho, buena parte del andar fue dando vueltas sobre un mismo punto. Al final, no estoy muy lejos de donde estaba hace 365 días. ¿O sí? Da igual. Aprovecho el ciclo y el ritual para retomar algunas cosas y comenzar otras que he ido postergando.

Cierro 2009 agradeciendo. No podía ser de otra manera. A pesar de la pausa, reconozco que elementos para dar gracias hay muchos. El año me trajo la oportunidad de encontrar, recuperar y conservar grandes afectos. De encontrar pequeñas piezas del rompecabezas. Pero también este vistazo atrás se topa con neblina. No tengo muy claro dónde en la línea del tiempo se ubican las personas y los acontecimientos, pero es evidente que están en alguna parte porque sus huellas están registradas con profundidad.

Quizá sea eso. Han sido tantas cosas y tan de repente, que se desvanecen. ¿Qué queda de todo ello? No lo tengo claro. Pero está el yo que soy ahora, después de 365 confusos y extraños días. Un Ernesto que a veces se siente más fuerte y que al mismo tiempo se descubre indiscutiblemente más frágil. Un Ernesto que no tiene muy claro lo que espera de 2010; quedan un par de horas para imaginarlo. Y eso hago. Ya lo decía ayer, no pretendo un mapa con la ruta paso a paso; aspiro simplemente a una idea, una zanahoria que me ayude a ir construyendo el camino que, según dice el poeta, se hace al andar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

364 días...19 horas...50 y tantos minutos...Qué rápido se pasa la vida!

What everyone wants from life is continuous and genuine happiness.

Gracias una vez más por ser un hombre maravilloso! Te adoro.

Jacka [Killer Queen] dijo...

El 2010 va a ser lo que tú quieras que sea.

Eres un gran constructor, Ernesto. Aunque a veces sientas que has perdido el rumbo o que el horizonte se esconde, tu corazón es la brújula perfecta que llevará tus pasos a su destino.

Te quiero mucho.

Un abrazo y feliz Dos Mil Diez (=