Ésta es la entrada número 100 en esta bitácora digital. Y la celebro a unos minutos de abordar el vuelo que me llevará nuevamente al viejo mundo, para dar un nuevo paso en la trayectoria académica y personal que me propuse hace un par de años. Se dice tan fácil. Hace 24 meses estaba yo en plena empacada de cosas y con los nervios a tope, con una visa de estudiante, un billete de avión recién comprado, una reserva para 7 días en un hostal a las afueras de Barcelona y con mil cosas en la cabeza y en el corazón. Unos meses después, ya más adaptado a mi nueva vida, nació ErnestoEnBarcelona, ese diario virtual que pronto daría nuevos colores, sabores, sonidos y texturas a mi vida. En noviembre pasado, con mi regreso a México, suspendí en 201 el número de entradas de mi primer blog. Y nació con esa misma entrada éste, que lees ahora.
100 registros no son quizá gran cosa. Pero contienen mucho más que cien ocurrencias, cien locuras o cien confesiones. Son una radiografía del Ernesto que volvió aquel noviembre y que hoy, diez meses después, vuelve a Catalunya a reencontrarse con los fragmentos que pudo haber dejado en el camino. A seguir construyéndose. A seguir explorando y descubriendo. En unos minutos nos llaman para abordar. Dios mediante en unas horas estaré reportándome desde el otro lado del charco. Gracias a tod@s por ser y estar ahí.
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