Pensaba ya irme a dormir. No es que sea muy tarde, pero las horas de cansancio se siguen acumulando y mañana será un día largo y lleno de asuntos por atender. En realidad los últimos días todos han sido así. Llega un momento en que la saturación es tal que me paralizo, me bloqueo como hace mucho tiempo no me sucedía. Mil cosas me ocupan la mente. A ratos dudo de lo que he venido decidiendo recientemente y me quedo en el aire, como suspendido, incapaz de mirar en dirección alguna.
Quizá por eso decidí que valía la pena escribir aquí algo. Aunque fuese sin orden, sin una finalidad concreta. Como hace también ya un largo tiempo no hacía. Una entrada menos meditada que de costumbre, pues. Y aquí estoy. A punto de despedirme de un mes más. Un mes lleno de ires, venires, sabores y sinsabores. Los últimos días en particular han sido pesados por diversas circunstancias. El entusiasmo que deberían generar alguna cuestiones se ha visto opacado por noticias que me llegan de aquí y de allá, cargadas de dolor, de tristeza, de soledades. Y de pronto eso ha hecho reacción con la melancolía que yo mismo venía acumulando desde hace varios días. El resultado ha sido una tarde gris a pesar de los treinta grados de temperatura.
De pronto me he sentido muy lejos de tantas cosas. Como si el alejarme geográficamente hubiese confabulado en la generación de pequeños huecos en el alma de gente de la que me gustaría estar hoy cerca. Y los bits y la conexión a internet me han ayudado a extender una mano, pero no ha sido del todo suficiente. Y me he quedado una vez más con mis propios huecos. Pero he de ser justo. Al mismo tiempo estos medios han puesto oídos a mi alcance. Y aunque sea por un rato me vuelvo a descubrir y reconozco que es necesario levantar la mirada y echar pa'delante.
En esas ando. Haciéndome lavado de cerebro. Apoyándome en el cariño que sé que existe pese a su discreto silencio. Porque basta una palabra de aquí o de allá para recordar que en el mismo barco andamos de alguna forma todos. Cada uno en su manera. Y así, me debato entre la suma de tristezas propias y ajenas y el conjunto de esperanzas y posibilidades. Incapaz de articular con claridad cómo me siento. Buscando tiempo y espacio.
PD. Tengo pendientes algunos relatos. París. Montserrat. Barcelona. Y a ellos se suman algunas lecturas recientes que me tienen con mil cosas en la cabeza. Sigue en pie mi compromiso de volver sobre ello. Pero no será hoy, que el cansancio ya me vence.