viernes, 13 de febrero de 2009

Ajonjolí

Desde el lunes por la tarde me sentí como si fuera viernes. Y así fue el resto de la semana. Una mítica pregunta sintetiza el infinito de ideas que me han dejado exhausto estos días: ¿Quién me manda? 

¿En qué endemoniado momento se me ocurre involucrarme en tantas cosas? ¿De dónde surgen estos impulsos a meterme en todas partes? Lo que no me corresponde, me lo adjudico de facto. Digo que "sí" con una facilidad espantosa. Y el problema es que todo eso que acepto integrar a mis quehaceres pronto me entusiasma y se convierte en necesidad ineludible. 

Clases en preparatoria, sesiones con pequeños de 5to y 6to de primaria, ensayos de teatro, avances en nuestro Modelo de Naciones Unidas, preparación de tantos otros proyectos... paralelamente mis inseparables e infinitas lecturas —personales, para el colegio, para el doctorado...—. Más todo lo que aparente ser insignificante y todo eso que se acumula con el correr de los días. 

Así ando, metiéndome en todos los moles. Sintiéndome ajonjolí. 

3 comentarios:

Luna Quisan dijo...

jajaja.. así me dice la "Y".."mi Ajonjolí"... el problema radica en que no sabemos decir que NO a ciertas cosas, y siempre andamos accediendo, metiendonos en miles de compromisos y como siempre, lo nuestro lo dejamos a un lado...

Un abrazo! Ajonjoli!! jaja

Anónimo dijo...

a mi me pasa igual, y ademas creyendo que el ajonjoli es un elemento verdaderamente indispensable para su sabor... que protagonismo el de los ajonjolis!!! y despus hasta nos sentimos culpables si no hay mole para cenar!!

Minzky Ramirez dijo...

Ser el ajonjolí de todos los moles no es del todo malo. Si bien es cierto que muchas veces hay que andar corriendo para estar en todas partes, creo que esa forma de trabajar va muy ligada o es producto de la idea de trascender en las personas, en nuestro trabajo, en el mundo jajajaja ¡¡¡SI!!! TRATEMOS DE CONQUISTAR AL MUNDO. Esto es de cuidado, te puedes meter en mil cosas y quedar mal en la mitad de ellas. Andar en todo requiere mucha organización, esfuerzo y trabajo. Regularmente la familia y los amigos son los que la pagan pues se acostumbran a convivir si uno. Por ahi alguien me comentó que el que mucho abarca pooco aprieta; yo creo que uno debe ser realista y saber decir hasta que punto podemos abarcar y apretar. Lo que sí, es que me queda clarísimo que es una habilidad y un gusto que tenemos muchas personas por meter nuestra cuchara en todos lados. No a todos les gusta el estrés producto de una agenda llena de compromisos, salir bien librado de ellos y sobre todo darle un toque especial de nosotros a cada uno de estos. Algo muy cierto es que al final del día, es naturaleza del humano el trascender y que mejor que trascender siendo el Ajonjolí, dandole un toque de sabor nuestro a cada uno de todos los moles.