Mi Navidad está cargada de aromas y sonidos. El olor y el crujir de la leña en la chimenea. Aromas y sonidos que producen sensaciones paradójicas: huele a viento frío pero suena como un cálido abrazo. Aunque aquí no hay chimenea, el olor y el crujir de la leña son intensos. Cierro los ojos.
Faltan pocas horas para la nochebuena. Y Ernesto niño-adolescente se sienta un rato en la sala de la casa, cerca del árbol de navidad —árbol cargado de adornos un año, minimalista otro, antes lleno de muñequitos de todo tipo acumulados con el paso del tiempo, después con figuras temáticas y monocromáticas, otrora rodeado por luces de colores una fundida y dos no, ahora siempre con series de luces blancas que se encienden y se apagan a diferentes ritmos—. A lo lejos puede escucharse algún disco con música de la temporada. Desde la cocina se desprenden aromas que hipnotizan —¿cómo puede uno esperar hasta la medianoche para cenar? ¿cómo aguanta el estómago ese mágico tormento?—. En un rato papá estará presionando justamente al resto de la familia para salir a Misa —el resto, que primero era sólo mamá y más tarde eran mamá y R, después mamá, R y MJ, más adelante serían mamá, R, MJ y J, para finalmente ser mamá, R, MJ, J y M—. Y mientras el resto termina de prepararse, Ernesto contempla el árbol y se pierde en sus figuras y sus luces y sonríe y se llena de nostalgia y de pronto llora un poco. Y platica con Dios.
Y le da gracias por la familia que le dio y por su hermano con quien ha creado historias y que ha crecido y ha seguido creando sus propios mundos llenos de magia y por sus hermanas que han sido su público y la materia prima de sus locuras —la primera que fue parte de sus juegos infantiles hasta antes de aquel verano en que a él se le fuera la fantasía y la segunda que fue y es motor de su hemisferio derecho últimamente apagado pero recién resucitado y la tercera que a veces es un poco su clon y cada vez más es un ser cuya magia le supera con creces— y por sus abuelos y por sus tíos y por sus primos y por sus pocos pero buenos amigos y por las cosas que tiene y las que no tiene porque seguramente no le conviene tener y por los dones que ha recibido y por los talentos aunque a veces y cada vez más se pregunta si ha sido capaz de aprovecharlos y hacerles justicia y compartirlos suficientemente con los demás y se da cuenta de que nunca es suficiente pero al mismo tiempo eso lo alienta a seguir adelante y por eso vuelve a dar gracias por tantas y tantas cosas...
Y de pronto ya está el resto listo y es hora de salir a Misa. Y salen y Ernesto no deja de pensar en su lista de agradecimientos que cada año es más grande.
A ti, que indudablemente eres parte de mi lista este año, muchas felicidades.
8 comentarios:
Ernesto, ahora que recién he recibido tu mail de abrazos digital comunitario, me conmuevo un poco, me conmuevo porque eres un gran ser humano, porque confirmo que quiero ser como tú cuando grande (jeje), y porque me siento afortunado de recibir tan cálidos deseos, muchísimas gracias en verdad!
FELIZ NAVIDAD!
Y GRACIAS POR CONTAGIARME DE TU ESPÍRITU!!
GRACIAS
Feliz Navidad Ernestititito... y gracias por la magia!! un beso
Feliz Navidad!!! Un poco tarde, pero tu manera de contar las historias es tan bella, que bonito es leerte. :)
Creo que muchos realizamos este recuento de bendiciones, ausencias, olores y tiempos muy a nuestra manera. Muchos saludos Enest!
Qué tal, Ernesto!
Un feliz, próspero y saludable 2009,
desde Berlín.
Hola Ernesto!
Feliz Año Nuevo!
Paso para decirte que ya estoy de regreso... www.theinfiniteplaylist.wordpress.com
Nos estaremos leyendo durante el 2009!
feliz 2009 deseo que venga cargado de muchos motivos
para escribir, ya que eso te sale tan bien! Un abrazo lleno de mucho amor. Nos seguimos leyendo en 2009 Dios mediante.
Muchas gracias a tod@s por sus palabras y sus buenos deseos. Saben que se les quiere de verdad. Y saben que un maravilloso 2009 es también parte de lo que pido para todos ustedes. Con cariño los abrazo hasta Querétaro, Coatza, Alemania y el DF.
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