Aquí sigo. Lidiando con largas jornadas y viendo cómo se acumulan numerosos temas e ideas que me gustaría compartir en alguna de mis libretas digitales. Ya ando preparando varias cosas para actualizar la mayoría de ellas. Pero mientras eso sucede, me topo con un tuit sobre el más reciente traspié de Elenita, como le dicen a la Poniatowska. Quise responder en uno o dos trinos, pero me di cuenta que el límite de caracteres no me permitía desarrollar con claridad mi argumento. Así que aprovecho la pausa de comida para acudir a esta plataforma.
Entiendo que la octogenaria señora Poniatowska no cuente ya con la lucidez que pudo caracterizarle siendo más joven, pero no veo de qué modo eso pueda justificar que sucediera lo que sucedió. La anécdota en un par de líneas: en un texto dedicado a la vida y obra de Jorge Luis Borges, la mexicana atribuyó al argentino un texto que hace años circula en correos electrónicos como si hubiese sido escrito por éste. El comentario de Poniatowska, por lo que entiendo, logró librar algunos filtros pues el libro en cuestión se editó y llegó a las librerías pasando por alto esta torpeza.
Leí por primera vez el texto "Instantes" hace por lo menos década y media. Fue uno de los primeros llamados "forward" que saturaron mis tempranas cuentas de correo electrónico. En aquellos días un profesor de literatura en la universidad compartió con nosotros, sus alumnos, los motivos por lo que costaría trabajo creer que ese texto podría haber sido escrito por el célebre poeta argentino.
Hace tiempo se insiste en el carácter apócrifo del material en cuestión —bastante cursi, si me permiten un juicio personal al respecto—. Se supone es traducción de un texto de la estadounidense Nadine Stair —cosa que tampoco me consta, pues no conozco el original—. Ni en forma ni en contenido habría motivo para justificar la creencia de que Borges pudiera haber escrito esas líneas. Tan absurdo creerlo como aceptar que Gabriel García Márquez hubiese escrito aquel tristemente célebre "poema" del comediante Johnny Welch que durante años se ha adjudicado al Nobel colombiano, en otro de esos correos que hace años nos dejaron ver el potencial viral de las plataformas digitales —y que todavía circula por ahí, no tengo duda.
Leo más notas sobre el "error" de Elenita y más me enfurece. No fue una declaración casual. Tampoco un texto redactado con alguna presión editorial. Se trata, según parece, de la revisión de una entrevista que ya antes había sido divulgada. Es decir: la escritora "corrigió" su texto incorporando falacias. Eso es más que una confusión: es mentir y manchar un documento que de suyo poseía un determinado valor histórico y periodístico.
Sin afán de hacer de éste un asunto político, no puedo evitar reírme de quienes insistían en querer convencerme de lo acertada que era la propuesta del candidato de las izquierdas al proponer a Elenita como parte de su gabinete, para dirigir los esfuerzos culturales del posible gobierno. En mucho coincido con la plataforma de la izquierda, pero no somos pocos los que siempre señalamos lo ridículo que resultaba aquel planteamiento, por más homenaje que quisiera simbolizar ese gesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario